Displacia de Cadera en Caninos

Displacia de Cadera en Caninos

Pastor alemán con displasia de cadera

La displasia de cadera canina (DCC) es un problema que ocurre en perros a medida que crecen, causando inestabilidad o falta de ajuste en la articulación de la cadera. Esta laxitud en la articulación puede manifestarse a través de signos clínicos como dolor en la cadera, disfunción de la extremidad y cambios progresivos en la articulación. La articulación de la cadera está compuesta por una estructura en forma de esfera y otra en forma de copa, y el movimiento anormal continuo de la cabeza del fémur puede deformar la concavidad de la articulación. Como respuesta a largo plazo, se produce la pérdida progresiva de cartílago, la formación de tejido cicatricial alrededor de la articulación y el desarrollo de protuberancias óseas.

Forma del acetábulo en cada raza de perro
La DCC tiene múltiples causas, pero los factores hereditarios, es decir, la genética, son el principal factor de riesgo aislado. Además, el rápido aumento de peso y un crecimiento excesivo debido a una alimentación excesiva pueden promover el desarrollo de la DCC.

Los signos clínicos de la DCC incluyen cojera, negarse a levantarse y saltar, desplazamiento del peso hacia las patas delanteras, pérdida de masa muscular en las patas traseras y dolor en la cadera. En general, los perros con DCC se dividen en dos grupos según los signos de la enfermedad:

Grupo 1: Perros más jóvenes sin artritis, pero con laxitud en la concavidad de la articulación.

Grupo 2: Perros adultos que han desarrollado artritis de cadera como consecuencia de la DCC.

Los perros pueden mostrar signos en cualquier etapa del desarrollo de la enfermedad, aunque muchos perros con DCC no presentan síntomas evidentes.

El diagnóstico de la DCC siempre debe ser realizado por un veterinario, quien realizará los exámenes ortopédicos correspondientes para determinar si el perro realmente padece de displasia. Algunos indicios comunes que pueden indicar la presencia de displasia en los perros incluyen:

  1. - Caminar lentamente.
  2. - Saltos leves con las patas traseras, similar a un conejo.
  3. - Mantener las patas traseras juntas mientras está de pie.
  4. - Manifestar dolor en la parte trasera del cuerpo.
  5. - Rigidez matutina en la cadera y patas traseras.
  6. - Dificultad para subirse a lugares donde antes lo hacía sin problemas.
  7. - Alteraciones en el comportamiento.


Es importante destacar que los perros que sufren de esta condición deben evitar la reproducción, ya que la displasia de cadera es una enfermedad hereditaria.

En cuanto a los tratamientos, existen dos opciones: el tratamiento médico y el tratamiento quirúrgico. Los procedimientos médicos pueden incluir el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos y fisioterapia, que implica masajes relajantes en el área de las caderas. También se pueden utilizar condroprotectores, que ayudan a restaurar el cartílago y aliviar el dolor.

El tratamiento médico dependerá de varios factores, como la edad del perro, su peso, el grado de laxitud de la cadera, su condición metabólica, su estilo de vida y su tolerancia al costo de los medicamentos. Las recomendaciones pueden incluir mantener un peso corporal mínimo, limitar el ejercicio a paseos cómodos con correa, administrar medicamentos antiinflamatorios no esteroideos de forma diaria o intermitente (siempre bajo supervisión veterinaria para controlar posibles efectos secundarios), y utilizar suplementos protectores y regeneradores de cartílago. Además, la fisioterapia puede ser beneficiosa para mantener al perro cómodo y con mayor movilidad, especialmente si lleva una vida sedentaria.
Cirugía reemplazo de cadera en perro

En cuanto al tratamiento quirúrgico, se pueden considerar diferentes opciones como la osteotomía, que consiste en reorientar el acetábulo para que se ajuste mejor a la cabeza del fémur; la artroplastia por escisión de la cabeza del fémur, que implica la eliminación quirúrgica de la cabeza del fémur para aliviar el roce y el dolor; y la prótesis de cadera, que implica la sustitución de la articulación de la cadera y la cabeza del fémur por implantes artificiales. Los perros que se someten a cirugía para tratar la DCC también suelen recibir fisioterapia para fortalecer los músculos y acelerar la recuperación.

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